Hoy te propongo un juego, un juego mental, un juego que te hará pensar, reflexionar sobre ti mismo.
¿Cómo manejas la adversidad? Piénsalo…
Imaginate:
Te quejas acerca de su vida y de cómo las cosas te resultan tan difíciles. No sabes cómo hacer para seguir adelante y crees que te darás por vencida. Estas cansada de luchar. Parece que cuando solucionas un problema, aparece otro.
Lo hablas con una persona de tu confianza, esta persona te lleva a la cocina y allí
llena tres ollas con agua y las coloca sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas esta hirviendo. En una coloca zanahorias, en otra coloca huevos y en la última coloca granos de café. Las deja hervir sin decir palabra. Tú esperas impacientemente, preguntándote qué estará haciendo.
A los veinte minutos apaga el fuego. Saca las zanahorias y las coloca en un recipiente. Saca los huevos y los coloca en otro. Cuela el café y lo pone en un tercer recipiente. Mirándote te dice: “Querida, ¿qué ves?”. “Zanahorias, huevos y café”, es tu respuesta. Te hace acercarte y te pide que toques las zanahorias. Tú así lo haces y notas que están blandas. Luego te pide que cojas el huevo y lo rompas. Después de sacarle la cáscara, observas el huevo duro. Luego te pide que pruebes el café. Tú sonríes mientras disfrutas de su rico aroma.
Preguntas: “¿Qué significa esto?”. Ésta persona te explica que los tres elementos habían enfrentado la misma adversidad: ¡agua hirviendo!, pero habían reaccionado de forma diferente.
La zanahoria llegó al agua siendo fuerte y dura. Pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil, fácil de deshacer.
El huevo había llegado al agua siendo frágil. Su cáscara fina protegía su interior líquido. Pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido.
Los granos de café sin embargo eran únicos. Después de estar en agua hirviendo, habían cambiado al agua.
“¿Cual eres tú?”, te pregunta. “Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?”.
¿Has elegido ya?
Si todavía no lo has hecho es el momento antes de seguir leyendo.
¿Ya?
Bien, ahora puedes seguir con tu lectura.
Esta es la respuesta:
Si has elegido la zanahoria, pareces fuerte pero cuando la adversidad y el dolor te tocan, te vuelves débil y pierdes tu fortaleza.
Si has elegido el huevo, comienzas con un corazón maleable. Posees un espíritu fluido, pero después de una muerte, una separación, un divorcio o un despido te vuelves duro y rígido. Por fuera te ves igual, pero… eres áspero, con un espíritu y un corazón endurecido. No te hundes.
Si has elegido el grano del café, este cambia al agua hirviente, el elemento que le causa dolor. ¡Cuando el agua llega al punto de ebullición el café alcanza su mejor sabor! Si eres como el grano de café, cuando las cosas se ponen peor… ¡tú reaccionas mejor! y haces que las cosas a tu alrededor mejoren. Siempre ves el lado positivo de las cosas.
Espero que hayas disfrutado a la vez que viajas en tu descubrimiento interior.
Un saludo.
GELY PANTIGA
Terapeuta emocional transpersonal
Especialista en terapia existencial
Especialista en elixires florales (Bach y muchos mas)