Los niños siempre son maestros en miniatura, de ellos se aprende tanto… cada nueva generación tiene algo que enseñarle a la anterior.
Se sabe que a partir del año 1984, una nueva “clase” de niños comenzó a nacer en todo el mundo.
Se los llama Índigo.
A principios de los años ochenta del recién pasado siglo XX se empezó a utilizar en Estados Unidos el término de niños Índigo. Los doctores y los psicólogos que estudian a estos niños, han encontrado que tienen un IQ (Coeficiente Intelectual) que promedia alrededor de 130, y quiero decir promedia, ya que muchos de estos niños están muy por encima de los rangos de genio de 160 o superior. Un IQ de 130 no es un genio, pero solía ser el de una persona entre 10,000 que lo tenía. Ahora se está volviendo normal. La inteligencia de la raza humana simplemente ha brincado a un nuevo rango. Lo que encuentro fascinante sobre estos nuevos niños brillantes, es que nuestros maestros y el sistema educativo, los encuentra deficientes.
Ahora se empieza a ver que problema no son los niños; es el mismo sistema educativo que no está preparado para educar a estos niños dotados, niños de altas capacidades. Los niños simplemente están aburridos con la velocidad, la naturaleza y el contenido de la información de lo que se les entrega . La sociedad necesita adaptarse a estos niños y no al reves como el sistema educativo pretende. Denle a un niño Índigo, que ha sido etiquetado como un ADD o ADHD, algo que estudiar en lo que esté interesado y verán la brillantez desenvolviéndose ante sus ojos. Es mucho lo que necesitamos aprender con el fin de permitir que salga a la luz el gran potencial de estos niños.
¿Qué es el ADD-ADHD? De la sigla en inglés Atention Deficit Disorder – Atention Deficit and Hiperactivity Disorder, es una trastorno que se presenta con déficit de atención, y de la autoestima, impulsividad y en algunos niños con hiperactividad.
Son niños muy inteligentes, almas sensitivas, lenguas filosofas y la voluntad férrea de cambiar el mundo. Cada año más padres son bendecidos con niños que instintivamente entienden que existe un camino mejor y no temen enfrentar el sistema establecido. Nacen con intenciones y dotes bien claras, despertando la conciencia espiritual de sus padres y creando una atmósfera de paz a su alrededor. Poseen el espíritu del guerrero ya que no suelen rendirse ante sus objetivos. Los estudiosos del tema dicen que de alguna manera estos niños están desmantelando el sistema disfuncional, ya sea en lo gubernamental, educacional o familiar. Su sensibilidad hace que desmenucen la información hasta llegar a la verdad.
Según los investigadores, los patrones de conducta distintivos de los niños índigo son:
- Llegan al mundo sintiéndose reyes, y a menudo se comportan como tales.
- Tienen la sensación de merecer donde están, y se sorprenden cuando los demás no la comparten.
- Se valoran positivamente y se reconocen.
- Les cuesta aceptar la autoridad que no ofrece explicación ni alternativa.
- Se niegan a hacer ciertas cosas habituales, como por ejemplo esperar en una fila.
- Se sienten frustrados con los sistemas rutinarios que no requieren un pensamiento creativo.
- A menudo encuentran formas mejores de hacer las cosas, tanto en la casa como en la escuela y aportan siempre soluciones.
- Parecen ser antisociales, salvo con personas como ellos.
- No reaccionan ante el chantaje adulto de la culpa.
- No son tímidos para manifestar sus necesidades.
- Los niños índigo instintivamente saben cuando se los apoya, se les miente o se les manipula.
- Enseñan sin darse cuenta, a través del ejemplo y entienden que hay un mejor modo de vivir.
- A veces se los cataloga como “niños con problemas de aprendizaje” debido a su natural introspección o a su intensidad emocional. Necesitan padres que los apoyen y protejan para que su experiencia de vida.
- Muestran una hiperactividad física y mental que muchas veces hace que se les diagnostique “síndrome de desorden de la atención” y que se les administren fármacos !Que dolor!.
- Los niños índigo vienen al mundo con un sentido de derechos y realeza que a algunos adultos confunde o se les juzga de soberbios “ me acuerdo de un niño índigo que le dijo a su madre, un día que esta le reprendía, mirándola fijamente a los ojos y muy serio “mama yo no he venido a este mundo a que se me riña, trátame con amor, cariño y respeto” la madre se quedo muda sin palabras, aquello la llego al alma y pensó que razón tienes hijo mío.
Por eso trata a tu hijo con respeto.
- Ayúdale a que sea el mismo quien cree sus propias soluciones disciplinarias.
- Dale la oportunidad en todo.
- Nunca le desprecies, ni le hagas sentirse pequeño.
- Explícale siempre el porque de las cosas y porque les das Instrucciones, no uses la estúpida frase de: “porque Yo lo digo”.
En resumen, es más fácil tratar a tu hijo si sabes ponerte en su lugar y aplicas la ley de: “Nunca hagas a los demás lo que no te gustaría que te hiciesen a ti”.
Instituto Iris
Especialistas en Terapia Transpersonal y remedios florales